Bienvenida

Historias totalmente creadas que estan basadas en la historia de alguien, a quien, todavía, no tengo el gusto de conocer...

domingo, 12 de octubre de 2008

...una pregunta -Mi gran amigo, mi gran amor-

Ya lo decía alguna vez aquella pregunta: ¿cómo pretendes que te diga “amigo” si alguna vez te dije “amor”?, y es así como acontece ahora; yo, sentado, cruzado de piernas, mordiéndome los labios... miro hacía el cielo esperando a que caiga algo que me alivie o aniquile de inmediato; ella, sentada con las piernas juntas, con su rostro sobre ellas, lleva sus manos sobre la cabeza como si intentase desaparecer de este momento, en el que quizás no se había puesto a pensar ni un solo instante...

[Recuerdo aquella vez, cuando nos conocimos, la recuerdo tan bien como si hubiese sido ayer, mi familia y yo teníamos apenas dos semanas de habernos mudado a este lugar, era viernes por la tarde y las hojas de los árboles revoloteaban junto con el viento del otoño que nos cobijaba mientras allá afuera, en la mente de los demás, reinaban el rencor, las guerras y nada más.Teníamos la edad, de la sonrisa, de la alegría y de la paz, ella llevaba un vestido bello como su rostro, puro como su alma y blanco como su ingenuidad, yo vestía el mismo overol de todos los viernes, pero creo que ella no se fijó en eso, porque no dejaba de asombrarse por mi cara de felicidad. Me invitó a jugar con ella, acepté y pasamos toda esa tarde juntos, después, ya cansados, terminamos sentándonos frente a la puerta de su casa, platicando de cosas tan simples pero tan complejas y fantasiosas a la vez, que sólo cuando somos niños solemos decir.

Desde aquel entonces, Anna y yo solíamos salir por las tardes a jugar, a inventar cosas nuevas, a imaginar vidas diferentes, a reír o simplemente a sentarnos y platicar de mil y una estupideces frente a la puerta de su casa. Era entonces cuando solíamos decir infinidad de frivolidades, como que nosotros jamás besaríamos a alguien del sexo opuesto en nuestras vidas, al menos yo, deje de opinar eso cuando ella me dio un beso por primera vez en la mejilla... Conforme fuimos creciendo, los juegos, las risas y las pláticas fueron tornándose más intensas, interesantes y divertidas, sin darnos cuenta, éramos el uno para el otro aquel gran amigo o amiga que todos alguna vez deseamos tener; todos los viernes me contaba de algún chico nuevo que había acabado de conocer, nunca me dijo algo sobre algún interés en alguno de ellos pero como buen amigo, siempre trataba de aconsejarla, guiándola por el buen camino; confiaba mucho en mi, ya que yo era como su diario personal, donde ella anotaba todo... hasta con lujo de detalle. En una noche de esas, fue cuando me abrazó y me dio las gracias por ser quien era para ella, "su mejor amigo", recuerdo haberle dicho que la amistad que sentía por ella, era como la rosa de su jardín, que ella solía regar a diario y procurar siempre por su bienestar.]

...volteo a verla y ahora tiene la columna recta, el cuello erguido y los ojos cerrados, y mientras noto su pausado pero profundo respirar, me envuelven unas ganas terribles de acercarme, abrazarla, darle un beso y confesarle de una vez que todo lo que ahora siento ya no es simplemente una gran amistad como antes, sino un profundo amor que no me deja en paz. ¿Estará arrepentida? o ¿por qué le escurre esa lagrima por el rostro? debo dejarla que piense un poco mas, que se tome el tiempo necesario, pero también tengo ganas de salir corriendo y olvidarme de una vez de todo esto y volver al ayer, cuando todo era perfecto...

[La primera vez que la vi llorar fue mientras me reclamaba por que el día anterior no había salido a jugar, cosas tan simples... pero ella creía que me había pasado algo malo, poco tiempo después, entendí que el llanto no era por coraje ni por capricho de tenerme a su lado, sino porque había llegado a pensar que quizás no me volvería a ver sonreír ni una vez más.]

...con una cara de desesperación, angustia y desconcierto paso mi mano derecha por mi cabeza mientras observo como una pequeña hormiga, lleva el alimento a su hogar...

[Esa vez no era una hormiga, era yo, no era alimento, era una flor, tampoco era un hogar, quizás pensaba, muy en el fondo, llevársela a mi futuro amor; sí, ella había recibido honores en la escuela por sus sorprendentes notas y es ahora cuando pienso que tome eso como pretexto para pintarle una sonrisa más con aquella bella flor.]

...una vez más dirijo todos mis sentidos hacia ella y noto como mi corazón, comienza a latir cada vez mas rápido, no parpadeo y degluto una enorme cantidad de nervios... todo esto es por el simple hecho de que también ella ha puesto toda su atención en mi dejándome perplejo sin oportunidad de movimiento alguno; nuestras miradas se cruzan intercambiando sensaciones jamás antes sentidas por alguno de los dos, no hace frió pero comienzo a temblar, ella derrama una lagrima más pero aun así no me deja de mirar, presiento que en cualquier momento un inmenso llanto la puede hacer estallar y siento eso por que algo en mi también comienza a consumirme, dejándome sin poder respirar.

Y es ahora cuando mi "yo" sucede sin que mi "mi" pueda reaccionar al golpe tan fuerte que acaba de recibir porque me acaba de hacer una pregunta que pensé que jamás llegaría a oír...

¿Quieres ser el amor de mi vida, sin dejar de ser mi viejo y gran amigo?
continuará...
9a. Historia
Poncho Knox

domingo, 28 de septiembre de 2008

...una obsesión -Un amor espontáneo-

Ese día me tuve que levantar temprano, como todos los días, para ir y llegar a tiempo a la primer clase en la universidad, estamos en invierno y el sol sale como a partir de las 6:15 am; como siempre, encendí la luz del cuarto, pues podía ver muy poco; por lo regular siempre que despierto hay una luz encendida en la casa de los vecinos, pero esta vez estaba apagada, esa luz de ese cuarto que puedo ver a través de mi ventana.
En esa casa vive una pareja bastante adulta con su hija, normalmente los señores no están entre semana, podría decir que ella vive prácticamente sola, se llama Paulina y tiene aproximadamente la misma edad que yo; es una chica realmente guapa y muy atractiva... aún no la conozco pero... su nombre pues... me lo sé porque una vez le gritaron tan fuerte que me despertaron de uno de esos sueños tan fantásticos que suelo tener; Paulina tiene un coche muy bonito y todas las mañanas al estar cerrando la puerta de mi casa, ella siempre sale corriendo de la suya, aventando sus cosas al coche y arrancándolo tan violentamente que estoy seguro que se le hace tarde para llegar a tiempo a su universidad. Es increíble la velocidad con la que hace todos esos movimientos, pero aún así me he percatado muy bien de unas cuantas cosas, Paulina no tiene el cabello lacio y sin embargo siempre sale con el alaciado perfecto, al salir corriendo, ella sabe que siempre estoy saliendo de mi casa al mismo tiempo que ella sale de la suya, y no se si es inercia o qué, pero siempre me dispara una sonrisa que, siendo sincero, me mata porque, como ya he dicho, ella es muy atractiva, gracias a esa sonrisa, me he dado cuenta que el maquillaje que porta siempre es impecable, jamás le he visto un grano en la cara, y las pinturas que usa para los ojos y los labios deben ser mágicas porque se le ven sorprendentemente magnificas; estoy casi seguro que tiene un enorme guardarropa, porque siempre sale con algo nuevo sobre el cuerpo; debe tener seguramente también muchos pretendientes, pero casualmente nunca he visto a ninguno de ellos llegar a su casa.
Después de que se me hizo raro ver apagada la luz del cuarto de Paulina, baje a desayunar algo rápido, porque se me estaba haciendo algo tarde, tomé mis cosas, giré la perilla de la puerta principal de mi casa pensando en que al dar un paso afuera, me encontraría con Paulina, voltearía y la vería lanzándome nuevamente una sonrisa como apenada porque se le ha vuelto a hacer tarde, salí de la casa, cerré la puerta, voltee a ver que pasaba y había una enorme tranquilidad en la casa de ella, enseguida voltee a ver el calendario pensando que quizás me había equivocado y que hoy era talvés sábado pero no, era miércoles y su coche estaba estacionado como todas las mañanas frente a su casa, no le tomé mucha importancia y continué con mi trayecto rumbo a la universidad. Después de una hora, comencé a pensar en Paulina, porque a pesar de ser una chica aparentemente superficial e impuntual, cumplía siempre con esa rutina matutina de la que yo también había llegado a formar parte, regresé a mi casa por la tarde y su coche seguía en el mismo lugar, me dio curiosidad por ir a tocar la puerta de su casa y preguntarle si las cosas estaban bien, pero decidí no ir, pues quizás se había quedado dormida. Pasó el jueves, el viernes y no la había vuelto a ver por las mañanas, cosa que aumentaba más mi intriga, espere a que llegara el lunes, volví a salir de mi casa a la hora de siempre y Paulina... brillaba por su ausencia.
Decidí ir a verla por la tarde, cuando regresara de la universidad, y así fue, iba muerto de nervios porque jamás habíamos cruzado ni una sola palabra, toqué la puerta tres veces y una voz de mujer gritó: -¿Quien?-, yo le respondí: -¿Paulina?- y me dijo: -Si, ¿quien eres?-, -soy.. Isaac, tu vecino-, le respondí con una voz temblorosa, entonces vi como abrió la puerta pero solo unos cuantos centímetros, y me dijo: -Disculpa que no pueda recibirte, pero me siento mal, ¿se te ofrece algo?-, -No, solo vine a ver como estabas porque no te he visto más salir de tu casa por las mañanas como todos los otros días de clases- vi como se abrió la puerta por completo y dándome la espalda me dijo: -Pasa si gustas-, no lo pensé dos veces y con mi mano izquierda le toque en hombro derecho diciéndole: -¿Segura que estás bien?- se soltó a llorar y me dijo que la noche del martes se había aplicado una crema en el rostro, que en lugar de tener un efecto positivo, le había demacrado la cara, tanto que había quedado frustrada y sin ganas de salir a la calle, estaba muy arrepentida de esa terrible obsesión que la invadía por tener un rostro implacable y por verse siempre bien para los demás y no para ella misma, me contó que no tenia amigos porque todo mundo en su universidad la tachaba de niña presumida y superficial, y que los pocos que tenia, los había dejado de ver hace mucho cuando vivía en otra ciudad; no paraba de llorar y me partía el corazón el no saber como poderla ayudar. Sentados en un sillón, la tome entre brazos tratando de colmar toda esa tristeza que desahogaba en lagrimas, le dije que era verdad y que nadie le discutía lo bella que era físicamente pero que hacia falta que ella se creyera cuan inmensamente bella podría ser desde el interior, inmediatamente dejó de llorar y me dijo: -¿Cómo puedo decubir eso?-, -deja que te lo demuestre- le dije y le di un beso tan profundo, cargado de todas esas ganas de amar que llevaba por dentro y que no me dejaban descansar, tardamos minutos involucrados ese instante de amor espontáneo que al terminar, no nos quedaron ganas de decir una sola palabra más.
Desde ese día ella y yo somos novios, ha cambiado mucho en su forma de vestir, el cabello natural que ella tiene me encanta y sin maquillaje se ve hermosa, nuestra rutina ha cambiado también, pues todas las mañanas toco a su puerta, ella sale, me abraza, me da los buenos días, yo le respondo con una flor distinta cada día, nos vamos juntos, me deja en la universidad y ella se va a la suya, me escribe cartas casi diario y cuando no lo hace es porque ha usado ese tiempo para hacerme mi postre favorito, yo le escribo poemas y se los leo cuando estamos en su azotea en días de luna llena, y precisamente ayer estando ahi, calló por unos segundos y viéndome a los ojos me dijo: -ahora entiendo, que me quisiste decir aquella vez con aquel profundo beso-.
8a. Historia
Poncho Knox

domingo, 21 de septiembre de 2008

...una disculpa -La gota que derramó el vaso-

Me encuentro sentado, esperando el autobús que me lleve de vuelta a casa... porque me ha terminado! si, simplemente me dijo que no quería volver a verme ni saber algo de mi; desde hace unos días, habíamos estado discutiendo por tonterías; no llevamos mucho tiempo de casados, pero siento que simplemente no funcionamos; estos 11 meses que llevamos juntos en la misma casa no me han bastado como para decir que ella es todo lo que siempre soñé, quizás ella no es la culpable de todo esto, sino yo, porque siento que algo falta aquí y aún no descubro que pueda ser, pero se que algo nos hace falta; es terrible porque de novios siempre fuimos lo máximo el uno para el otro... que triste me siento, culpable también porque ella siempre da mucho de si, cosa que a mi me cuesta trabajo hacer, ahora ya no se como pudiera remediar esto que acabamos de pasar, no se si me quiera volver a escuchar; se que la he herido mucho y no precisamente en las ultimas dos horas, sino desde hace algún tiempo… a caso debería merecer una segunda oportunidad?; le dije que recapacitara y que pensara bien las cosas antes de tomar esa decisión, pero... creo que estaba tan pero tan enojada, que las palabras le fluyeron tan rápido que ni si quiera ella misma se debe de acordar de todo lo que dijo y maldijo, debo de asumir esa responsabilidad pues fui yo quien le recordó que si no fuera por su mamá, no hubiera perdido el trabajo, pero ella tuvo la culpa al reprocharme que ella es la única que trabaja mientras yo me la paso echado frente al televisor aprendiéndome todas las historias falsas que pasan en el programa de "Laura en América" (reconozco que me divierto mucho viendo eso), pero yo mismo provoqué eso al gritarle frente a todo el restaurante que solo a ella se le ocurre olvidar el dinero en la casa... pero era ella la que ya quería irse, pues estaba harta de que yo le recordara una y otra vez que se pusiera a hacer ejercicio, que estaba gorda y que tenia mal aspecto, yo así la quiero o la quería, no lo se, lo que si sé, es que si ella no me hubiera dicho que me he convertido en un alcohólico yo no hubiera reaccionado así, desde hace poco he caído en terribles depresiones por no encontrar un trabajo y el único medio para olvidarme de mis problemas ha sido el alcohol, pero claro, se molestó cuando llamé al mesero para gritarle que el tequila que le había pedido, sabia a pura agua!

Ella: ¿Me sirves de la jarra amor?
Yo: Claro que si mi cielo
Ella: ¡Mira, has derramado toda el agua del vaso!
Yo: Mi amor, pero si solo se derramó una gota del vaso...
Ella: Si, todo por andarle viendo el trasero a esa vieja…
Yo: Pero no la voltee a ver
Ella: Claro que si... mesero, ¿me puede traer algo para secar el vaso? por favor.
Mesero: Si señorita
Yo: Bueno ¿y tu porque andas coqueteando con el mesero?
Ella: Óyeme ¿qué te pasa? yo si te tengo respeto y no le ando coqueteando...
Yo: Óyeme tu mesero, me traes de volada un tequila por favor, el mejor que tengas
Mesero: Claro que si señor
Ella: Te pasas de verdad, yo no se como es que seguimos casados, o por lo menos viviendo juntos
Yo: Te recuerdo que fuiste tu la que quería casarse
Ella: ¡ahh cabrón! ¿y tu no te querías casar?
Yo: Pues... si pero... no tan pronto, me hubiera gustado...
Ella: ¡¿Qué?! o sea ¿que nunca me amaste tanto como solías decirme?
Yo: Pero no te pangas así, siempre te he amado tanto, pero no creo que haya sido lo mas correcto casarse esa vez...
Ella: bueno, ¡olvídalo! veré si encuentro, de alguna manera, ya no seguir a tu lado
Yo: ¡No, no!, si te amo y estamos casados, estoy feliz a tu lado no te molestes...
Ella: ¡Lo dicho, dicho está "maridito"!
Yo: Bueno, hazle como quieras, no me importará
Ella: ¡¿Ves?!, Nada te importa, y así quieres que sigamos juntos?
Yo: Tranquilízate por favor, que no quiero seguir discutiendo
Mesero: Aquí está el tequila que me pidió señor.
Yo: Solo me tomo este tequila y nos vamos, ¿esta bien?
Ella: Hazle como quieras, a mí ya nada me importa tampoco...
Yo: Meserooooo!!!


Ahora he decidido ir a buscarla y encontrar un remedio para el error que he cometido, existen dos caminos, el del perdón o el del rechazo, si me perdona pondré de mi parte y haré todo lo que me sea posible para sentirme bien como esposo y hacerla sentir la mujer mas feliz del mundo, si me rechaza, tendré que encontrar alguna otra forma para tratar de solucionar esto...

Yo: Hola amor, he venido a...
Ella: No digas nada cariño, yo también lo siento, yo también te amo...
Yo: ¿Te parece si vamos por algo de tomar?
Ella: ¡Nooo! ¡Ya no por favor!, mejor que sea en otra ocasión.
Yo: Jaja OK, esta bien.
7a. Historia
Poncho Knox

domingo, 14 de septiembre de 2008

...un recuerdo -El lugar secreto-

Ahora es cuando recuerdo y me viene a la mente todo ese conjunto de imágenes hermosas de aquel día, cuando ella y yo nos conocimos... fue en la secundaria, casualmente ambos éramos nuevos y causalmente yo había elegido el asiento junto a ella, pues me había regalado la sonrisa mas tierna, sincera e indudablemente la más bella. Desde ese momento quedé como un tonto, porque mis horas de estudio se las dedicaba a ella y es por eso que mis notas eran las mas bajas de la clase; mis amigos se burlaban porque siempre andaba detrás de ella o con ella, no era mala, simplemente que yo no cubría los requisitos para llegar a ser una prioridad. Al paso de los días, las semanas y los meses, nos fuimos haciendo muy buenos amigos, ella me contaba sus problemas, yo los míos y juntos buscábamos las soluciones posibles para salir de ellos. Pasábamos mucho tiempo juntos, ella no vivía cerca de mi casa, pero yo tampoco vivía lejos de la suya, así que a veces yo iba a su casa o ella era bien recibida en la mía, después nos aburrió eso y decidimos idear un espacio secreto, donde solo estuviéramos ella, yo y la naturaleza de testigo.
Un día recibí una llamada de ella, le urgía verme, corrí asustado hasta su casa... "no te espantes pequeño, no pasa nada", recuerdo que me dijo riéndose y acariciándome las mejillas; me tomó de la mano y me dijo que corriera, así lo hice y corrimos, corrimos por mucho tiempo, pero en realidad era poco porque mientras estaba con ella mi noción del tiempo se perdía junto con mi noción del espacio haciéndome caer una y mil veces en plena estupidez, convirtiéndola a ella en la única culpable de esa briaguez inimaginable del amor en silencio que le tenia solo por temor a perder su increíble amistad.
Y así volvieron a pasar días y meses hasta que llegó la hora de entrar al último grado, seguíamos frecuentándonos en "el lugar secreto", las risas, los juegos, las canciones... hasta las tareas eran divertidas y todo eso, simplemente por estar junto a ella.
Se acercaba la fecha de la graduación y ambos teníamos miedo de separarnos por cualquier situación; recuerdo que estando en "el lugar secreto" ella tomó mis manos y me dijo al oído que pasara lo que pasara, la amistad no se acabaría ahí y que el tiempo que había pasado conmigo no lo cambiaría por nada en el universo, repentinamente comenzó a escurrirme una lagrima por el rostro, y era por dos motivos... "¿Por qué lloras pequeño?", me dijo limpiándome la lagrima y acariciándome de nuevo las mejillas, como solo ella sabía hacerlo... es por dos motivos, le dije, el primero es por el miedo a perderte y el segundo es por la alegría que me invade al saber que existes y que ahora estas conmigo, comenzó a llorar incansablemente sobre mi pecho, la noche comenzaba a cubrirnos sentados en aquel tronco de aquel bosque de ese "lugar secreto", la abracé y por horas lloramos y lloramos nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro incierto.
El despertador sonó y de nuevo había que levantarse para ir a uno de los últimos días de escuela, lo primero que hice fue saludarla pero pude notar que estaba algo rara, como triste y desesperada, le pregunté que qué le pasaba, o que si podía ayudarla... me dijo que era nada, que pronto le pasaría, ha sido uno de los días mas ordinarios para todos, excepto para mi, porque con su presencia convertía mis días ordinarios en extraordinarios, causando en mi esa sensación... esa que solo causa el amor.
Al llegar a la casa mi madre me dijo que ella había hablado, no lo pensé dos veces, corrí hacia el teléfono y le llamé... he salido corriendo de mi casa, y aun no se porque le urge hablar conmigo esta vez, he cortado una rosa de un jardín y no falta mucho para llegar a donde me ha citado... "el lugar secreto". ¿Qué me querrá decir?... bueno no importa, diga lo que me diga, yo también tengo algo que decirle… Ahí está, y tiene lagrimas en los ojos...
-Hola pequeña, antes de que me digas lo que me tienes que decir, quiero que sepas que he vivido enamorado de ti todo este tiempo, desde aquella vez que iluminaste mis ojos con aquella bella sonrisa... pero por favor no llores...
-¡Si! lloro porque yo también he vivido enamorada de ti desde aquella vez que me puse nerviosa cuando te sentaste junto a mi...
-Pero… ¿por eso lloras?
-Mi papá me ha dicho que nos mudaremos, muy lejos de aquí...
Mientras la abrazo lloramos juntos tanto como la primera vez; se irá mañana al amanecer, y solo Dios sabe si la volveré a ver... vuelvo a caer, pero esta vez en un estado de temor, donde ella sigue siendo la culpable, la única culpable de todo este conjunto de sentimientos que ahora me envuelven y me hacen creer en el gran poder del amor. continuará...
6a. Historia
Poncho Knox

domingo, 7 de septiembre de 2008

...una canción -Un velero llamad Libertad-

Me habían hablado ya, de la aventura, de los nuevos horizontes, de todo aquello que podría alcanzar con tan solo un poco de libertad; cansado de todos esos comentarios y de todo lo que el discurso social me imponía, decidí crear un nuevo camino e ir en busca de mi propio destino... un pequeño velero, una camisa, un pantalón y una bella canción... y... ¿a donde irás? escuche decir a lo lejos,miré al cielo y al horizonte que me esperaba, volví en sí... solo quedaba esperar al siguiente amanecer.
[ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar, una camisa, un pantalón vaquero y una canción -donde irá, donde irá-]
Sin saber si volvería, me despedí de mis padres, de "ella", de mis buenos amigos; el mar de frente, lágrimas en los ojos, muchas cosas en mente... hora de partir había llegado.
[se despidió y decidió batirse en duelo con el mar y recorrer el mundo en su velero y navegar]
Entonces partí, la aventura había comenzado, era difícil ponerme a pensar en qué era bueno o qué era malo, en lo que vendría, en... si todo lo que haría sería en vano. "Libertad" había nombrado a mi velero, navegábamos con fuerza y siendo sincero, buscábamos todo aquello que desconocía la certeza. El viento golpeaba mi sonrisa, mis ojos veían gaviotas volar, mis brazos acariciaban la brisa y mi sensación de libertad dibujaba estelas en el mar, era también difícil pensar, que algo nos podía parar.
[y se marchó y a su barco le llamó "libertad" y en el cielo descubrió gaviotas y pintó estelas en el mar]
Mi corazón, ansioso de conocer mundos nuevos, me daba ánimos para seguir y buscar todo lo necesario para encontrar una nueva forma de vivir, seguía escuchando aquella voz, pero esta vez me pedía que volviera con los demás...
[su corazón buscó una forma diferente de vivir, pero las olas le gritaron "vete con los demás"]
La noche nos invadió, y agotado, decidí ir a descansar, pero en el intento de comenzar a dormir, ¿a donde vas? volví a escuchar de nuevo a esa voz... después de pensar en mis padres, amigos y en "ella", después de considerar si era necesario el viaje para encontrar la libertad, después de pensar si en verdad era ese el lugar donde debería de estar, ¡decidí regresar!
[y se durmió y la noche le gritó "¿donde vas?" y en sus sueños dibujó gaviotas y pensó "¡hoy debo regresar!"]
A la mañana siguiente, la voz que no me dejaba en paz, me preguntaba: ¿como estás?... voltee a ver si lograba descifrar de donde provenía... no recuerdo exactamente todo lo que vi, porque algo me deslumbró, solorecuerdo haber visto, los ojos de "ella", tan bellos y tan azules como el mar.
[y regresó y una voz le preguntó "¿como estás?" y al mirarla descubrió unos ojos azules como el mar.]
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Inspirada en la letra de una cancíón.
5a. Historia
Poncho Knox

domingo, 31 de agosto de 2008

... un engaño - La llamada telefónica-

¿Contestaré o no?, ¡pero tengo que seguir estudiando!, en dos semanas es mi examen y aun no he estudiado nada... el teléfono de nuevo, pero... ¿quien podrá ser? De seguro es Jaime, y lo más probable es que quiera platicar conmigo para contarme del libro que ha terminado de leer... pero bueno...
*Si ¿diga?, ¿con quien hablo?
-Hola soy Samantha, la chica del colegio.
*Sa... Sa... Samantha?
-Sí, ¡ella misma!
*qu... que... en... en que te puedo ayudar?
-Mira seré directa y breve, desde hace algunos días me había estado fijando mucho en ti, en lo mucho que te la pasas estudiando, en la forma en que cargas tus libros, tu rápida forma de andar sin perder el porte, me gusta cuando tartamudeas al hablarme, porque he notado que solo es conmigo, tus lentes me encantan porque hacen muy buen juego con ese cabello ... ehm creo que he dicho mucho, pero a decir verdad me gustas mucho, como nunca lo imaginé! y hablaba para invitarte a mi casa este fin de semana, ya que ¡no habrá nadie en ella! ¿Que dices?, ¿vienes?
*[¿Pero qué le digo?, yo no soy guapo, solo tengo amigos hombres, y juntos nos llaman el clan de los X, ¿Por qué?, pues aun sigo tratando de adivinar porque... pero a lo que estaba, ¿qué le digo?...] Ehm si... si... Samantha, ¡yo llego a... tu casa!
-OK está bien, yo te espero el sábado a las 5 p.m.
Me acaba de colgar y ni si quiera le pude decir lo mucho que me gusta desde hace tiempo, no me dio tiempo de leerle el poema que apenas la semana pasada termine de escribirle, claro, en secreto... todo ha sido en secreto... ¿Me pongo una playera o la camisa que me regaló mamá?, ¿el perfume de papá o el costoso que compré hace tres días?, no se si llevarle una rosa o una caja de chocolates! ¿QUÉ HAGO?! Mamá me dio algunos consejos sobre lo que les gusta a las mujeres pero sinceramente no recuerdo nada, Samantha tiene algo que hace que las cosas se vayan repentinamente de mi mente, dejándola en blanco, haciendo que todo lo que me impulse o me mueva sea absoluta pasión. Entonces tomaré este abrigo, le llevaré el poema que le escribí, la caja de chocolates también, cortaré la rosa del jardín que había estado cuidando desde hace unos meses... yo no se que haré cuando me pare frente a ella viéndola a los ojos después de haberle dicho... "hola, ¿como estás"?. He salido de mi casa, y aun no se que decirle, ¿le hago saber lo bonita que se ve? o ¿lo entenderá con una caricia de mi mano sobre su mejilla?. Es la quinta vez que degluto algo así como una mezcla de saliva con aire y 3 toneladas de nerviosismo, mis manos tiemblan pero aun así, no puedo soltar la rosa ni la caja de chocolates, debo de tener también, de alguna manera, aferrado a mi ese valor que he tomado hace unos minutos para enfrentar su mirada que cada vez que la siento me mata... Puedo sentir su presencia poco a poco, cada vez que me acerco a su casa, no creo que falte mucho, por lo poco que recuerdo, y si no me equivoco, debe de estar como a 5 calles de aquí son las 4:35 p.m. y solo falta como una calle para que llegue, si mis cálculos no fallan ahora comienzo a sudar de pies a cabeza, mi corazón ahora palpita mas rápido que antes, mis orejas están rojas y hierven, respiro y siento que con ello se va parte del valor que había conseguido, tengo ambas manos ocupadas, traigo puesta la camisa que me regalo mamá, el abrigo nuevo de papá y el perfume costoso que compre hace... ¡ahí esta su casa! no estoy muy seguro de ir, el valor fue mas cobarde que yo, y me ha dejado solo a mi suerte, la rosa se ve hermosa y mi corazón… mi corazón palpita aun mas rápido provocando mucha ansia en mi. Me dispongo a tocar el timbre, pero… ¿con qué mano? ¡si tengo ambas ocupadas! ¿Qué le digo? ¿Por que se tarda tanto en abrir? cuando es la quinta vez que toco, ¿se habrá arrepentido de que le gusto? ¿Se habrá quedado dormida? Son casi las 6 p.m. y esta es la 49va. vez que le toco y no escucho nada ahí adentro, ¿le habrá pasado algo? Es la tercera vez que le grito : "Samanthaaaa!"y no hay señales de ella!...
[Samantha: “He venido a tu casa y lamentablemente no te he encontrado, creo que he comprendido lo que me quisiste dar a entender cuando me llamaste por teléfono, te dejo una rosa, una caja de chocolates, y con ellos, el valor que me trajo hasta aquí y el amor ciego que te tenia y que había estado guardando en el cajón de los secretos. ¡Gracias por la lección!]
Me encuentro sentado en el sillón, donde estaba antes de recibir la llamada de Samantha; y después de dejarle un recado en la puerta de su casa junto con la rosa, la caja de chocolates, el valor y ese "gran amor", he comprendido claramente lo que me había querido decir con que “No iba a haber gente en su casa”... y al tocar el timbre por 50va. vez, me di cuenta que efectivamente no había nadie!
4a. Historia
Poncho Knox

lunes, 25 de agosto de 2008

...una despedida -Te dejaré contnuar-

Como aquel rió que avanza y no detiene su curso, te dejaré continuar porque es inevitable tu partida, ancho el sendero y punzante tu discurso, absolutamente nada te detiene, pero... sabes, no me gustaría despedirte, pues aun tenia en mente muchos planes, aventuras, mucho que decirte... pero esta bien, anda! puedes irte, cierra la puerta con llave y... no!, no te vayas por favor!, quédate un momento más, recordaremos juntos momentos inolvidables, mmm no se... podríamos ver una película, charlar talvez como lo hacíamos ayer, quizás dormir como lo hacíamos anoche o... sonreír como hace un par de horas... pero... pero tienes razón, hago mal en quitarte tanto tiempo diciendo una y mil tonterías, lo se, lo se tan bien como se que en ti aun quedan ganas de repetir cuanto me querías... recuerdas aquel día que... viéndonos a los ojos, junto al lago, extendiste tu mano y con ojos cerrados me preguntaste que, ¿qué era lo que había puesto en ella?, yo... yo no supe que responder, pero con un gesto tierno y dulce te dije... ¿recuerdas que te dije? ¿Recuerdas? No!, espera, aun no partas!, prometo que será la última vez que te detenga, pero por favor... por favor... ehmm... escucha la canción, vamos! dime que te dice!, ¿te recuerda algo?, ¿es bonita cierto?, tan bonita como aquella rosa que te pintó la sonrisa aquella vez que... ohh no, es verdad, que tonto!, prometí no quitarte mas tiempo, pero si quieres puedo preparar algo de comer, ¿que dices?, ¿tienes hambre? o... o... ¿acaso fastidio? esta bien!, creo que lo mejor será que te marches, aunque... te confieso que me dejara triste la idea de no tener con quien compartir la almohada, ni la sonrisa, triste de no tener una confidente, ni con quien confabular, triste de lanzar un te quiero al viento y que no haya alguien quien pueda escuchar... pero... ¿podría pedirte algo más?, ¿me dejarías el libro de cuentos que jamás comprendí?, ¿me prestarías las llaves de la caja roja que siempre abrí? y si fueras tan amable, ¿me podrías dejar un bello recuerdo por favor? será lo último que te pida, pues ya es mucho el tiempo que has perdido aquí...
Ya no queda más que decir ni algo que fingir, el sonido de los pájaros, que cierta vez fue melodía, se ha convertido en algo amargo sin sentido, pero... dime ¿por qué? Por qué fue que... no!, mejor no!, sé que ha sido cuestión tuya y del tiempo tomar esa decisión, esa terrible decisión!, que te libera de mi amor y que me hará esclavo de tu recuerdo, la que me ha de convertir en el ser que ama sin ser amante, la que me repita día y noche que nunca fuiste mía, sino solo por un breve instante... la que... bueno ve!, toma el buen camino de la vida, mantén cerca el buen consejo y así encontraras fácil una salida, llévate por favor un abrigo, y no olvides de llamar de vez en cuando al viejo amigo, ábrele los ojos y la mente al mundo, pues un mundo cosas esperan ya por ti, ríe con terrible locura, llora con inimaginable fervor, sueña y vuelve a creer de nuevo en eso llamado "amor"...
...estaré esperando aquí y dejare la puerta abierta, por si decides volver, pensaré mucho en ti, lo prometo, pues puedo amarte aun más así, que teniéndote aferrada a mi...
3a. Historia
Poncho Knox

viernes, 15 de agosto de 2008

-sin título-

Hola,

les ofrezco una disculpa muy grande ya que esta semana no podré añadir una entrada, espero poder contarle después el porque, gracias por entender

saludos cordiales

Poncho Knox

domingo, 10 de agosto de 2008

...un sueño -La estacion de los Sueños-

[Hola! ¿que tal?, ¿puedo sentarme un momento?]me dijo la chica que habían visto mis ojos a lo lejos, que habían sentido mis labios con un suspiro...[Claro!, el lugar esta disponible] le respondí con la imagen de su rostro frente a mi, con un poco de sudor en las manos [¿Me podrías dar la hora por favor?], insistió ella por tercera vez, después de haberme quedado hipnotizado por el brillo incansable de sus ojos [Ehmm... por supuesto, son las... jaja ya sabes, es algo tarde!]dije sonriendo y desesperado al no saber en que bolsillo llevaba el reloj; Soltó una carcajada al aire, mientras su cabello dibujaba en el viento autenticas olas de mar... Me preguntó que hacia aquí, cual era mi nombre, de que sitio venia... pasmado le di como respuesta: [¿aah!?]; esta vez pude ver como la luna llena iluminaba su sonrisa y como ella misma me iluminaba ese eterno segundo de vida... sí!, soltó la segunda carcajada, cosa que no pude evitar! Se miraba cansada, pues... pude notarlo con el bostezo largo y pausado que expresó; tontamente me dirigí a ella y le pregunte: [te gustaría descansar un poco?] y me dijo: [si?, dónde?], estúpidamente le dije: [pues no tengo una cama pero... te puedo ofrecer la banca que compartimos en este momento... tampoco tengo una almohada pero... te puedo ofrecer mis piernas ni mucho menos tengo una cobija pero... ten! mi abrigo podría ser de mucha ayuda.] lentamente volteó la cabeza hacia mi, abrió sus ojos cansados, su boca de asombro también y dijo lenta y suavemente: [de... verdad?] ahora el que sonrió fui yo y a la vez, cerrando los ojos y moviendo un poco la cabeza de de arriba hacia abajo... le dije... le dije que sí!, que en mi podía descansar; me dio las gracias y en el trayecto hacia mis piernas le dije: [¡Espera por favor!, se me olvidó decirte algo, [si?] -me dijo con el rostro cansado- [Bueno pues... no podre ofrecerte el mejor de los sueños pero espero que el de esta noche sea el mas dulce de ellos.] sonreímos ambos, esta vez sin decir una sol apalabra, tomó el abrigo, lo coloco sobre su cuerpo, recosto su cabeza sobre mis piernas y dejando caer todo aquel hermoso cabello entró en un profundo sueño.
Pasados dos minutos, ella dormía dulcemente, parecía que en sus sueños cantaban angeles mientras caminaba sobre el prado mas verde, pues sonreía plenamente! Inconscientemente y cansado también, acaricie su rostro con una mano y con la otra su precioso cabello...

" [Allí está!] me dije alegre y deseoso de ir a donde ella, corrí y corrí, ella reía,cantaba y corría también! me gritaba: ["Alcanzame, no te detengas!"], yo... yo eso hacia! pero... por mas que corría y estiraba mis manos no lograba alcanzarla, entonces tropece, caí y pude ver el azul del cielo ante mis ojos, estaba feliz! su inocencia, su belleza y alegría me habían cautivado! me levanté, me senté y vi como ella se acercaba poco a poco, cada vez mas hacia mi, se hinco, tomo mi rostro con sus manos mágicas, se acercó, cerró los ojos y yo también... pero de repente sentí una fuerte ráfaga de viento sobre el rostro... "

Abrí los ojos... seguía sentado, en una estación de tren, una hora antes de que partiera el mio hacia casa, voltee hacia la derecha y había... nada, solo botes de basura y basura regada por el piso, voltee hacia la izquierda y vi como el viento movía las hojas de un arbusto; asustado volví en sí, baje la vista, y en donde habían estado su rostro y su cabello... [nooo! (grité en silencio)]; sobre mis manos solo había un pedazo de papel, que decía...


>["No sé que hacías aquí, no se cual es tu nombre, y tampoco se de donde vienes, simplemente no te conozco!, pero me haz hecho pasar el sueño mas dulce de mi vida" Sabes... nuestras vidas continuaran en sitios distintos, nuestras almas viajaran a planetas desconocidos, conoceremos el amor en todas sus dimensiones pero... de que están hechos los sueños? ]<


2a. Historia
Poncho Knox

domingo, 3 de agosto de 2008

...una imágen -Crucero del Amor-

...y entonces fue cuando le dije: "Mi amor, te llevare por el mas grande de los mares, en el mas grande de los cruceros", ella entró en un estado de desconcierto, pues nos encontrábamos a las orillas del lago que nos vio crecer desde pequeños, y me dijo: "Bueno, está bien, iré a donde me lleves"; no lo pensé dos veces, la tome de las manos, y viéndola a los ojos le dije: "Señorita, esta usted a punto de presenciar uno de los viajes mas bellos de la historia, le ruego cierre los ojos y siga las instrucciones al pie de la letra"; ella sonrió y sus ojos le brillaron tanto como aquel pirata que vio por primera vez un botín; le dije que esperara un momento mientras ponía todo en orden, tome un poco de aire, exhalé, ajuste mis pantalones y me dispuse a ir por el "crucero" (vuelvo a aclarar que nuestro crucero sería la canoa de mi papa que le servía para ir de pesca o como medio de transporte para cruzar el lago), tomé el remo, coloque una tabla para que pudiéramos subir a la canoa... "¿Está todo listo?" -preguntó-, yo trague un poco de saliva, pues aun seguía nervioso por no saber como saldrían las cosas, "En un momento señorita, faltan algunos detalles para que el crucero pueda zarpar" -le contesté- volvió a sonreír, pero esta vez fue con mas sentimiento; entonces volví a tomar una de sus manos, y la ayudé a subir, le pedí de favor que tomara asiento y que se pusiera cómoda, inmediatamente hice un sonido como cuando zarpa un barco, tome el remo y con mucho amor cerré los ojos deseando que todo saliera bien, aumente la velocidad, el viento golpeaba suavemente su rostro, yo cantaba su canción favorita "Somos novios", me escurrían dos gotas de sudor, una por la espalda y la otra por la frente, pero eso no me impidió seguir cantando y remando con fuerza; mientras sucedía todo eso, observé con atención que respiraba profundamente y la felicidad y el encanto no le cabían en el rostro, de repente levantó las manos, pero yo no dejaba de cantar ni de remar, y me preguntó: "Señor, ¿en donde estamos, a donde nos dirigimos, quien es usted?", mi encanto y mi emoción no me dejaron responder a la primera, pero sin embargo le respondí: "Nos encontramos en el Mar de los Sueños, nos dirigimos hacia el País del Amor, y yo soy... el capitán del barco"; se puso de pie y volvió a levantar los brazos, rió con fervor y alegría, dio un grito a los 4 vientos... "Bien, la noche del día de hoy la hemos de pasar en el Mar de los Sueños, mañana por la mañana continuaremos con el viaje" -dije-, me acerqué a ella, la tome de las caderas, coloqué mi cabeza al lado de la suya, guiado por sus brazos alcance sus manos, las tomé y le dije: "Buenas noches, bella dama, la he estado observando y...", "quien es usted, amable caballero" -dijo-, "bien pues, soy un pasajero mas del barco", volvió a sonreír, "oh, mucho gusto" -dijo-, "el gusto es mio" -le respondí junto con un beso en su mano derecha, cerré mis ojos también y postrado frente a ella tome sus manos, recorrí, sus brazos, llegue a sus hombros, toque su cabello, acaricie su cuello, roce sus mejillas y puse mis manos en su nuca, ella trago un poco de saliva, accidentalmente yo también hice lo mismo, acerque mi rostro al de ella, al sentir el su respirar mezclado con su aliento, me detuve y note como ambas respiraciones comenzaban a acelerarse, le dije: "Bella dama, puede abrir los ojos", demoro unos segundos y lo hizo, nos vimos a los ojos, volvió a sonreír, yo hice lo mismo... y en eso broto de la nada un mutuo "Te amo"... y volvió a sonreír, pero esta vez, lo hizo hacia mi y añadió: "¡Gracias, amable caballero!"

1a. Historia
Poncho Knox

*La imaginacion y la creatividad forman parte escencial del amor o en el proceso a él, pienso que quien tiene imaginación y es creativo, se encuentra infectado por el virus terrible del "amor".